08 mayo 2006
Branquia
Un molusco nudibranquio con numerosas branquias externas
En los animales acuáticos, las branquias son los órganos respiratorios mediante los que se realiza el intercambio de gases, O2 y CO2 , entre el medio interno del animal y el ambiente.
Los animales acuáticos captan O2 que se encuentra disuelto en el agua, el cual pasa a los fluidos internos (sangre, hemolinfa,…) y es transportado a los tejidos, donde las células lo requieren para la respiración celular, proceso que se realiza en orgánulos celulares llamados mitocondrias. Como resultado de la respiración celular se produce CO2, el cual debe ser eliminado para evitar la intoxicación del medio interno.
Los animales más pequeños y de menor tasa metabólica realizan el intercambio de gases por su superficie corporal. Los más grandes o activos necesitan una superficie de intercambio más extensa, para lo que han adquirido en el curso de la evolución estructuras especializadas a las que se llama branquias. Para favorecer el intercambio, la circulación de fluidos está siempre especialmente organizada en estos órganos, incluso en aquellos animales que carecen de un sistema vascular desarrollado, como los moluscos.
Las branquias son órganos externos, a diferencia de los pulmones o tráqueas de los animales de vida subaérea, porque los órganos en forma de cavidad compleja no son apropiados para el movimiento intensivo de un líquido como el agua, de densidad mucho mayor que la del aire, y por el rozamiento implicado. El intercambio eficaz de gases exige un contacto sin barreras entre las células epidérmicas de la branquia y el agua circundante, lo mismo por otra parte que en los pulmones, de forma que incluso en animales dotados de tegumentos reforzados, como la piel escamosa de los peces, las branquias son siempre relativamente blandas y frágiles.
Anatómicamente las branquias se presentan en dos formas. La más común es la de apéndices ramificados de gran superfice relativa. Así se presentan por ejemplo en moluscos, anélidos o las larvas, acuáticas, de las salamandras y tritones. La otra forma es la que se observa en el conjunto heterogéneo de vertebrados acuáticos que llamamos peces. En éstos las branquias son estructuras especializadas organizadas entre las hendiduras faríngeas o hendiduras branquiales, orificios que comunican lateralmente el tubo digestivo con el exterior; el agua que entra por la boca sale por las hendiduras oxigenando la sangre que circula por los tabiques situados entre ellas, que son las branquias.
En los tiburones se aprecian fácilmente las hendiduras branquiales laterales
En las dos modalidades anatómicas las branquias pueden quedar más o menos protegidas dentro de una cavidad abierta por la que se hace circular el agua. Es el caso, por ejemplo, de los cefalópodos o las almejas, donde la cavidad paleal que contiene a las branquias intercambia agua con el ambiente sólo a través de conductos llamados sifones. También es el caso de los peces óseos, donde las branquias quedan protegidas externamente por una extensión de la pared corporal llamada opérculo. El término agalla se refiere en estos peces a las branquias, pero el uso popular lo aplica a menudo a los opérculos. En los tiburones, por el contrario, las hendiduras branquiales son visibles externamente. En los peces óseos el agua es bombeada activamente, con movimientos rítimicos, desde la cavidad bucofaríngea hacia la cavidad situada debajo del opérculo, atravesando pare ello entre las branquias. De los tiburones se ha dicho, pero ahora sabemos que no es exacto, que se limitan a nadar con la boca abierta, de manera que el agua fluye constantemente a través de las branquias.
En los vertebrados e insectos con fases juveniles acuáticas, como los anfibios y las efémeras, las larvas están equipadas con branquias, aunque los adultos respiren por órganos aéreos.
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